Además de las medidas de prevención de contagios destinadas a la ciudadanía en general se establecen las referidas a dependientes, repartidores, reponedores y cajeras de supermercado y, en general, a todo el personal que este en contacto con clientes o con productos que llegarán a los clientes.
- Establecer un control de entrada en los centros de atención al público limitando el aforo.
- Establecer dentro de las instalaciones y vehiculos de reparto, instalando barreras físicas si es necesario, zonas limpias y zonas sucias y evitar la contaminación cruzada.
- Limpieza y desinfección continua o, al menos, a mitad de la jornada, de los elementos existentes en los comercios que puedan entrar en contacto con personas ajenas. Por ejemplo: pomos de las puertas, timbres, expositores…
- Lavar frecuente de manos con un método adecuado. Si no resultara posible realizar el lavado de manos, la higiene de manos se hará con productos de base alcohólica con capacidad virucida. En concreto:
- Antes de empezar a trabajar.
- Antes de manipular cualquier tipo de mercancía.
- Antes de la colocación de EPIs.
- Después de tocar basura.
- Después de realizar las tareas de limpieza y desinfección.
- Después de ir al servicio.
- Después de sonarse la nariz, estornudar o toser.
- Después de comer, beber o fumar.
- Después de manipular dinero.
- Después de atender a cada cliente o realizar una entrega.
- Las uñas deben llevarse cortas y cuidadas, evitando el uso de anillos, pulseras, relojes de muñeca u otros adornos para facilitar la higiene de manos.
- Es necesario el uso de mascarillas para el personal que no pueda mantener la distancia de seguridad con otros trabajadores, que entre en contacto con clientes o manipule productos que llegarán a los clientes a corto o medio plazo.